miércoles, 23 de julio de 2008

Sociedades paralelas


Afuera, siempre el mismo ejercicio. Trasladarse, mentalmente, en medio del ruido de la ciudad, hacia el espacio que se esconde detrás de cualquier ventana y escuchar el mismo rugido de la avenida en una nota más baja, más sorda. Allí, tratar de imaginar el interior estrecho, buscar la ventana desde adentro para asomarme y verme pasar pensando que lo que veo desde afuera es mi reflejo.
En medio de mucha gente el juego se da de manera involuntaria. Me convierto en animal sin cueva y huyo hacia adentro de mí misma, evado las miradas, el menor acercamiento.
Soy aficionada al encierro, al silencio, a la soledad. Por eso me gustan los libros y los gatos. Ambos han estado cerca la mayor parte de mi vida, cerca, pero indiferentes a mi presencia. Unos, bellos en conjunto pero completos individualmente; otros, bellos en su soledad, en la libertad que les regala una vida sin manada.
Amigas… puedo contarlas con los dedos de la mano izquierda y tomar al mismo tiempo mi taza con café.
Los conocidos cercanos son un poco más. Puedo enumerar, sin esfuerzo, aquellos con quienes me detendría un momento para platicar, a quienes no evadiría, en un encuentro fortuito, para no saludar.
Soy de las personas que utilizan los libros como trinchera para evitar conversaciones, de quienes evitan los grupos de más de tres personas, de los que sudan cuando perciben que su silencio es incomodo y no tienen nada que decir, de los que huyen de los diálogos hasta en los relatos que escriben, soy, en fin, antisocial.
Aún así, la tecnología ha propiciado una convivencia virtual dentro de otras sociedades que respetan mi silencio, a las que me puedo acercar por curiosidad y salir ilesa. En una se supone que tengo 151 amigos –he visto gente que tiene más de mil- y en otra, dialogo parcamente con media docena más a quienes nunca he visto y de quienes a penas conozco sus nombres o ni siquiera eso.
De vez en cuando tengo noticias de la Filistea o me acerco para ver cómo va su nostalgia de exiliada. Con ella llegó la Prosódica, con quien siempre he compartido abrazos cariñosos en cada comentario. O Petoulqui y Luisfergua a quienes he visto en fotografías, pero no sé qué hacen, además de narrar periódicamente sus aventuras o sus disquisiciones filosóficas. Lo mismo me pasa con Oswaldo, quien también prefiere hablar con las huellas digitales, o con Prado que, últimamente, también se va sin despedirse.
Todos, en fin, bloggers con los que me encantaría toparme algún día, solo para evitar traspasar ese punto en que prefiera encerrarme por completo, trabajar desde casa, mudarme a esa sociedad en la que domino mi relación con el prójimo, decido lo que quiero “escuchar”, puedo meditar sin prisa lo que quiero decir, qué sé yo, topármelos, simplemente, para confirmar que no llegó tarde la etapa de las relaciones con personajes imaginarios.

12 comentarios:

Petoulqui dijo...

Me encantó lo de ser un personaje imaginario, de repente todo esto se está tornando bastante interesante.

La parte que hace referencia al animal sin cueva me gustó muchísimo porque me recordó al mito de la caverna del Libro Séptimo de La República de Platón (justo el domingo retomé esta obra, desde el libro octavo, y me tiene muy entusiasmado).

Vamos a tener que escribir sobre esto.

Saludos, Matadora de brújulas.

Peto

la-filistea dijo...

Va pues Vania, no me sorprendió que vos también pensaras en este mundillo paralelo. Mi nostalgia ya es patológica y tendré (creo que por mucho tiempo) acostumbrarme a vivir así.

A mí me gusta ser alguien imaginario que gracias a la internet me convierto en alguien menos tímido y antisocial.

Abrazos.

PROSÓDICA dijo...

:)

(para que de ahora en adelante también digas que compartimos sonrisas, Vania)

Concuerdo con el Peto, la parte del animal sin cueva me encantó...es pero también algún día toparme con vos y aparte de intercambiar sonrisas y abrazos, echarnos una tacita de café, té o una naranjada pues.

abrazos.

Petoulqui dijo...

Pero, ¿por qué en lugar de antisocial no usamos el término insociable?

No me imagino a este montón de personajes imaginarios haciendo destrozos como una violenta pandilla, a menos que sea en el mundo de las ideas...

Saludos a todos los demás personajes imaginarios.

Peto

lusifergua dijo...

Podemos platicar cuando querrás mi paracaidista amiga, al menos con el Peto y conmigo (LuisFer, Lusifergua, osea yo) y seguramente vamos a tener una muy buena charla donde van a escasear los silencios incómodos, además no superamos la barrera de los tres por lo que somos un grupo aceptable. Cualquier cosa nos comunicamos por hi5 ¿verdad? A mí me parece cualquier fin de semana. Saludos.

Gabriel Woltke dijo...

es que lo del blogger trastorna las típicas medidas de relación social. mmm sí contará todo lo que me ha pasado por andar escribiendo...

en fin me llegó un chingo este post, o quizá me vi muy por aquí. Si en un ascensor van mas de tres personas no me subo, suelo quedarme en silencios incómodos, aún no puedo escribir con diálogos, me acompaño de un gato, en fin.....

saludos

la-filistea dijo...

Sin querer ya hicimos aquí tremenda pachanga de puros "insociables". Ahora que leo a Gabriel, pienso en lo mismo esto de los blogs para algo funcionó.Al menos yo he conocido gente muy valiosa que admiro.

Se me olvidó decir:yo tambien quisiera que nos fuéramos de parranda a una cava :) acompañada de muchos libros.

Anónimo dijo...

Estos circulos sociales virtuales me parecen seguros,lo que no es lo que leo, a veces me voy al sueno pensando en una que otra cosa que leo en los blogs, y en el día me dan vuelta en la cabeza mis miles de ideas para colocar en mi blog. Y yo igual con el gato y los libros, las cortinas cerradas y la puerta atrancada. Saludos y muy bonito tu blog.

PROSÓDICA dijo...

Ah bueno, si lo de cueva lo volvemos en cava como dice la Filis, tambien me apunto jajaj.

Anónimo dijo...

No, pues imaginarios o como sean, ha sido genial toparmelos a todos por aqui. Incluido vos, Gabriel, que de hecho nos conocimos primero por links tambièn.

:) pa vos, prosódica; luis, va a estar difícil, demasiado trabajo últimamente, pero seguiremos leyéndonos; abrazo pa la filis, y bienvenida pa Cristian, buena onda.

Anónimo dijo...

"De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que esta ahí esperando" (Benedetti)

Cuando comencé mi espacio hace 2 años no imaginé las alegrías y calidez que encotraría, no la esperaba, ni la busqué, solo vino..

Ahora soy una adicta exploradora de rincones, una insomne cafeina-nicotina dependiente que encontró como entrener desvelos y palabras inquietas..

Una habitante más de esta sociedad paralela..

Alguien menos asocial..por momentos..

Muy interesante tu espacio, en cuanto pueda seguiré visitanto..

Prado dijo...

que si no me fui. sólo andaba en modo sigiloso. debe ser mi fobia multitudinaria incluyendo la virtual. abrazo.