La mujer se acercó hasta la mesa donde se entregaban los programas y lanzó la pregunta. Señorita, disculpe, ¿dónde estará Miguel Ángel Asturias? Abro los ojos. En el infierno, pienso. E intento disimular mi sorpresa. Lorena la mira maternal, sonríe: Miguel Ángel Asturias es sólo el nombre del premio. Él murió hace varios años. La mujer alargó un Ah sin sorpresa. Es que lo andan buscando para que firme un libro. Permiso, dijo, y desapareció entre los asistentes.
12 comentarios:
Magia: armonía entre física, metafísica y patafísica. Guatemala es mágica.
En el infierno, seguro.
Abrazote Vanita
a qué otros premios nobel pondrá usted en el infierno?
esa lista suena interesante.
Gran colaboración a los mitos del Palacio. Ese palacio, estoy empezando a quererlo tanto.
Abrazo beso saludo. Todo en uno.
que grande!
Excelente microentrada.Se defiende en todos los flancos: estructura, enfoque, tema, malicia y hasta encanto.
Vania efectiva.
Saludos.
Es mágica, es cierto, vos.
Prado: ¿habrá otro lugar donde poner a los escritores?
Maya, Oswaldo: demasiado generosos ustedes, tan lindos.
Los abrazo, uno por uno. Gracias por pasar.
Chaaaaannnnfle.
¿Te fijaste si la mujer tenía pies? si no tenía, es porque era de otro tiempo y sí podía ver a Asturias, debiste decirle dónde está :-S.
Vania Ajmátova: aquí hiciste conmigo lo que yo con vos cuando lo del minicuento del campo de concentración.
Las hojitas azules crecen, ¿no es verdad?
Martáaan!!, querido poeta laureado, no ví si tenía, pero si no tenía, ya sabía dónde estaba, y solo estaba chingando. abrazo.
Diego: Siguen creciendo, poco a poco, espero que lo llenen todo.
Cuidate mucho. Abrazo
La gente y sus preguntas.
a que era rubia .. jajaja
No sé si os gustará la anécdota, a Julio y a ti. Cuando murió MA Asturias yo estaba en Madrid, leí la noticia. Me gustaba como escritor; me gustaba mucho, había leído El Papa Verde en una edición barata y de letra pequeña. Pensé que alguna vez tendría que decidirme a ver un muerto; no había visto ninguno hasta entonces. Y me fui para allá. Estaba expuesto tumbado de espaldas con un traje con chaleco, algodón dentro de la nariz y una mancha lunar grande en la sien. Estaba absolutamente solo y no entró nadie más durante todo el tiempo que estuve allí.
Por si me leyera alguien de su familia, diré que tenía el rostro tranquilo y en paz.
Me sorprendió ver que era un hombre pequeño, pero supongo que tuvo un corazón grande.
Qué gran historia, Animal de fondo. Me gustó. Gracias por compartirla.
Saludos
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