Puedo levantar ese teléfono
dar detalles para que todo se acabe por completo
Pedir silencio
Empezar diciendo que ganaron
que me equivoqué
que estoy bien
Reírme
Decir que por eso llamo
para oírlos reírse también
mientras le clavo las uñas al barniz de la mesa
y giro la conversación hacia cosas que parezcan igual de triviales:
como que renuncié a pagar la televisión por cable
o que me robaron el paraguas en el autobús
Pero pensándolo mejor
podría mantenerme firme durante unos meses
y hacer de esta historia un fracaso respetable
Decir su nombre sin inmutarme
simular el desgaste
irlos embarcando poco a poco en el olvido que me invento
en medio de este naufragio que me dejó su paso
fugaz
intempestivo
Eso no sería difícil
yo misma he llegado a creer
firmemente
en mis mentiras
para salvarme
7 comentarios:
Este es el momento donde trato de decir algo, cuando en realidad no pienso en nada. Sólo siento. Grande. Fuerte y profundo. Vacío.
La admiro.
Esto es ser una verdadera dama y lo demás son cuentos. De acuerdo con Prado, se le admira gran mujer.
A veces las mentiras son nuestra principal y única defensa contra los despiadados ataques de ese monstruoso ser llamado realidad.
ya el formidable Onetti escribía de trampas y acaso mentía...
Admirables, tus relatos verticales.
Abrazo. d.
Exquisito, fantástico, tétrico, dilemático. Bello el poema, mis felicitaciones y mis respetos.
¡saludos!
Como un hatori hanzo, ni más ni menos... genial, sale pants amarillo :)
Felicidades Vania. ¿Cuándo publica su libro?
Yo lo compraría!!!!
Flor de María
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