Un pez anaranjado convulsionaba sobre la superficie de cemento. Por ella pasaba una corriente que no era lo suficientemente fuerte para arrastrarlo hacia el fondo de la poza.
La mujer lo empujó, lo vio caer, resucitar. E hizo lo mismo con el resto de peces que no lograban cruzar. Luego siguió su camino.
En algún lugar cercano estaba la playa, el sonido salvaje del agua, el mar. Y, solitaria, sobre la arena negra, una pila. Se acercó. Estaba seca. Pero en el fondo había un recipiente con agua y peces pequeños. Los descubrió cuando metió las manos.
Sobresaltada, decidió sacarlos, devolverlos al mar que, detrás de ella, parecía haber retrocedido.
Se apresuró, sabía que tenía que alejarse antes de que la ola volviera con fuerza. Equilibró el recipiente playa adentro y tiró el agua y los peces sobre la arena mojada. Luego los enterró. Vio hacia el cielo. Estaba limpio, azul, y sintió que podía flotar.
La mujer lo empujó, lo vio caer, resucitar. E hizo lo mismo con el resto de peces que no lograban cruzar. Luego siguió su camino.
En algún lugar cercano estaba la playa, el sonido salvaje del agua, el mar. Y, solitaria, sobre la arena negra, una pila. Se acercó. Estaba seca. Pero en el fondo había un recipiente con agua y peces pequeños. Los descubrió cuando metió las manos.
Sobresaltada, decidió sacarlos, devolverlos al mar que, detrás de ella, parecía haber retrocedido.
Se apresuró, sabía que tenía que alejarse antes de que la ola volviera con fuerza. Equilibró el recipiente playa adentro y tiró el agua y los peces sobre la arena mojada. Luego los enterró. Vio hacia el cielo. Estaba limpio, azul, y sintió que podía flotar.
6 comentarios:
No te detienes, ¿no? Me gusta, me gusta mucho.
¿Se hundió? o ¿no? www.escribiendoconsilencio.blogspot.com
Yo he notado que tus escritos, de alguna manera, lidian de alguna manera con el silencio y con ausencia. O al menos, esa impresion me dan, como lugares de media luz, tiempo liquido, sonidos apagados. Ese estado de estar entre dormida y despierta. Siempre es interesante leer tu trabajo.
No, Diego. Qué bueno que te gusta. abrazo
Saludos Jonathan, no se hundió, pero se ahoga por ratos, saludos, lo visito pronto.
Vian: ...
Trudy: Gracias por pasar siempre por aquí, gracias por leer, gracias por tu visión de mi trabajo. Un abrazo
A veces me siento como un pez al que necesita que lo empujen. A veces me siento como esa mujer (:P) que empuja otros peces. En fin, tu relato posee un sentido profundo que todavía no logro descifrar. Seguiré leyendo, buscando, descifrando sus mecanismos oceánicos...
Sí como dice Trudy es interesante leer tu trabajo! Este en particular fue oscuro para mí.
Saludos Vania!
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